La inteligencia digital se refiere al conjunto de habilidades sociales, emocionales y cognitivas que permiten a los individuos hacer frente a los retos y adaptarse a las exigencias de la vida digital, estas habilidades son las siguientes (García Dávila, 2017):
- Identidad digital: relacionada con la capacidad para crear y gestionar la identidad personal en línea y la reputación de la misma. Esto incluye una toma de conciencia de la propia identidad en línea y la gestión de los efectos a corto plazo y a largo plazo de la presencia en línea.
- Uso digital: refiere al uso y tenencia de dispositivos y medios digitales, incluye el dominio de control, a fin de lograr un equilibrio saludable entre la vida en línea y fuera de línea.
- Protección digital: especifica la capacidad para gestionar, evitar y limitar los riesgos en línea (por ejemplo, el ciberacoso, el aseo, la radicalización), así como contenido problemático (por ejemplo, la violencia y la obscenidad).
- Seguridad digital: trata sobre la capacidad de detectar las amenazas informáticas (por ejemplo, la piratería, estafas, software malicioso), para comprender las mejores prácticas y utilizar herramientas de seguridad adecuadas para la protección de datos.
- Inteligencia emocional digital: cuyo objetivo es fomentar la capacidad de ser empático y construir buenas relaciones con los demás en línea.
- Comunicación digital: se refiere a la capacidad de comunicarse y colaborar con otras personas que utilizan tecnologías y medios digitales.
- Derechos digitales: centrados en defender y respetar los derechos personales y legales, incluidos los derechos a la privacidad, la propiedad intelectual, la libertad de expresión y la protección de las expresiones de odio.
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